domingo, 27 de abril de 2014

Ultra Mallorca Serra de Tramuntana 112km +4500


 Hace tiempo que empecé a preparar la UMSDT y con todo lo metódico que intento ser, a quienes me conocen les diré que he cometido algunos errores que han hecho que no llegara a la salida de UMSDT con el estado físico que yo mismo me había marcado. Llegué con ciertas molestias musculares y con un estado de forma físico no óptimo para mis pretensiones. De hecho el último mes apenas pude entrenar como debía y tuve que centrar mis sesiones en recuperarme física y mentalmente.
Las recientes pruebas físicas con el Dr. Salom también confirmaron mis sensaciones de que mi estado de forma había bajado, pasando de las 41 pulsaciones en reposo en marzo a las 46 actuales. Con el doctor revisamos las pruebas y analizamos cual era mi estado físico (6 sobre 10) y mi estado mental (9 sobre 10).
 
Con los datos en la mano tenía claro cuál era el ritmo  a seguir, siempre por debajo del umbral,  y cual debía ser la estrategia de carrera según mi estado actual: correr 60 km con las piernas y 52 km con la cabeza. Con todo ello, enfoqué  las dos semanas previas a descansar, a recuperarme físicamente y potenciar más la parte mental. La verdad es que los últimos días recuperé las ganas de darlo todo y dar el 200%, que era el objetivo que me había marcado meses atrás.


Hecha esta pequeña y necesaria aclaración nos plantamos en la salida de la UMSDT a las 00:00 en Andratx con Jaume Pons, Roman Ametller, Ismael Marques y Djanina.  Nos deseamos suerte y mucha fuerza, que falta nos hará, y me sitúo en 2ª fila de la salida espoleado por el siempre “fins reventar!” de Jaume Pons, jejeje, en la zona donde están las liebres.

La tensión del momento y de lo que nos espera por delante se refleja en los rostros.
Siempre viene bien alguna broma con Miquel Oliver o Tolo Fiol para romper un poco la tensión, pero las risas duran bien poco!! Es una sensación extraña, una tensión brutal, pero me encanta… te pone a mil por hora y nos hace salir a ritmo de media maratón a pesar de tener por delante 112km ¡!  3-2-1 Gassssssss
 
Los primeros kilómetros pasan rápido. Las pulsaciones son altas, nada que ver con lo hablado  con el Dr. Salom. Pero eso yo ya lo sabía!. Habíamos diseñado una carrera progresiva, siempre en umbrales bajos, para poder terminar bien, pero yo hacía mucho tiempo que me había programado a nivel mental para dar el 200% hasta que el cuerpo aguantase y llegado ese momento debía empezar a funcionar la cabeza. Poner en práctica eso de "Mi corazón y mi mente cargarán con mi cuerpo cuando las piernas ya no puedan más". Me encontraba bien y los kilómetros iban pasando a buen ritmo mientras el pulsómetro me avisaba de que iba más alto de lo recomendable. Pero me encontraba cómodo y feliz porque después de semanas duras y malas había  recuperado las sensaciones y estaba disfrutando con lo que hacía.
 
Así llegué al primer avituallamiento. Reviso el crono y veo que estoy en el mejor de los tiempos que me había marcado. Repongo líquidos, algo de comer  y a seguir. En esa misma tónica van pasando los kilómetros.
Es en Valldemosa (km.45 aproximadamente) donde noto que me encuentro muy bien, fuerte, estoy disfrutando, las piernas responden y corro a muy buen ritmo. Revisando el crono,  veo que sigo en muy buena línea (quizás demasiada) para terminar en 12h 30' / 13 horas aproximadamente.  Sabía que era muy complicado dado mi estado general de forma pero  había decidido tirar al máximo mientras pudiera sin dejar un ápice de reserva. Y además estaba disfrutando como un niño pequeño!!.
 
En Valldemosa la carrera comenzaba a ponerse seria. Empezaban las largas subidas con fuertes pendientes y unas bajadas en zig-zag con mucha piedra suelta. Son bajadas duras, incómodas y difíciles de administrar ya que no puedes lanzarte muy rápido pero tampoco debes frenarte mucho para no sobrecargar excesivamente las piernas.
La subida al Arxiduc la hice bien, muy bien, quizás demasiado bien. Pude correr muchos tramos, salvo las pendientes más duras. Nada que ver con las sensaciones de la carrera del año pasado cuando pasamos por allí y donde sufrí de lo lindo. Todo esto me motivó aún más si cabe.
En la bajada hacia Deia empezó a amanecer. Pronto pude quitarme el frontal y disfrutar de un amanecer espectacular. Lástima no verlo desde lo alto de la montaña pero, claro, no era día de pararse a contemplar el sol.
Llegué al avituallamiento de Deia y noté que iba un poco acelerado. Miro de reponer líquidos y comer algo salado pero no veo nada que me entre. Pido jamón serrano y no hay. Me dicen que es muy pronto y que aún no ha llegado toda la comida. Me ofrecen algo de pasta pero apenas puedo comer unos pocos macarrones, un par de trocitos de atún, un trocito de plátano y un puñado de frutos secos. Decido tirar hacia Sóller. Es un tramo “rápido” y corto y sé que allí encontraré un gran avituallamiento donde reponer. Salgo a buen ritmo pero de camino me desvío! Voy por una carretera que no me suena. Reviso el track del GPS y ¡me he dejado el desvío a unos 500 metros atrás!!!! Ale! 1 km de bote y 5-6 minutos perdidos entre una cosa y otra. Recobro el sendero y a seguir, pero pronto noto que no he hecho un buen avituallamiento y que mi decisión de salir y aguantar hasta Sóller no ha sido buena. Seguramente el ritmo alto al que iba hizo que no pensara con claridad y cometiera errores que no suelo cometer y que pagué caro! Además no tenía ningún gel que me daría un aporte rápido de energía y me podría evitar el “pajarón” hasta Sóller. Confío en encontrar en Sóller aunque sé que solo hay 3 avituallamientos con geles (Valldemosa, Cuber y Lluc) por lo que tengo que pasar unas 3 o 4 horas sin tomar ninguno. En ese momento ya me doy cuenta de que estoy sentenciado: el hombre del mazo me viene a la caza y no tengo armas para combatirlo. Solo queda bajar un poco el ritmo, llegar a Sóller y reponer fuerzas lo mejor posible. El último kilómetro hasta el avituallamiento de Sóller me acompaña un chaval de la organización en su bicicleta que es clavado a un conocido de Sóller y que resulta ser su primo. Charlamos un poco de camino y eso me distrae la mente un poco pero me pongo a reír a su pregunta de cómo voy. ¡PAJARO TOTAL! Me dice que soy el 7º en pasar por allí y que llevo un grupo de 3 corredores delante a pocos minutos. Ahora yo solo pienso en llegar y ver cómo soluciono el bajón que llevo y que va aumentando! Noto que la zancada se va acortando.
Entro en el avituallamiento de Sóller entre aplausos y ánimos de un grupo de espectadores que se han desplazado a la zona. Lo primero es reponer líquidos y sales, después a comer algo, algo de patata, un par de lonchas de jamón dulce ya que tampoco hay serrano. Mi necesidad de buscar jamón serrano se debe a que necesito introducir algo salado y proteína al cuerpo y romper la cadena de comidas dulces, geles y barritas. Ya llevo 70 km y 7h49m lo cual sigue estando muy bien a pesar del bajón. El tema será como afrontar los próximos kilómetros que son los más duros y difíciles y precisamente hacerlos de bajón no es la mejor solución.
Salgo del avituallamiento camino a la dura subida de Biniaratx pero ya noto que la cosa no va, pocas fuerzas, la zancada se acorta, rigidez muscular, en fin...  el hombre del mazo!! Así que me lo tomo con calma, camino y troto a trozos hacia el barranco de Biniaratx momento en el que me llaman desde atrás! Es Tolo Fiol al que había pasado en la subida al Arxiduc cuando a él también le visitó el hombre del mazo, ¡jajaja! Hablamos un poco y le digo que ahora soy yo el que va fundido. Me dice que me lo tome con calma y me anima a seguirlo. Vamos trotando hasta llegar al barranco, allí nos ponemos a caminar: nos quedan 6km de dura subida de piedra. Y de pronto control de material. Es el gran Ramon Mulet, vaya crack , siempre ayudando a la organización cuando no está corriendo, también se acerca el director de carrera, Dani Salas, que nos anima, y nos invita a seguir con un ¡Hay que terminar!  ¡Supongo que nos ve de bajón!
La subida a Biniaratx se hace dura y larga pero bloqueo cualquier pensamiento negativo que entre y sigo avanzando sin pensar y olvidándome de lo que me queda aún por delante. De vez en cuando algún comentario con Tolo, pero no estamos para bromas. Hacemos cima y solo nos queda una pequeña bajada de piedras y raíces hasta el estanque de Cuber que hay que bordear  hasta el próximo avituallamiento. En la bajada intento soltarme y dejarme llevar para bajar rápido y recuperar a la vez, pero las piernas y mis movimientos ya no reaccionan con la velocidad del principio. En la bajada pierdo a Tolo, que queda un poco atrás, pero no me preocupa pues pienso que en el llano me cogerá de nuevo. Es  un gran corredor.
Llego al deseado avituallamiento solo. Allí me encuentro con 3 corredores más, pero ya no pienso ni en clasificaciones ni cronos ni en coger a nadie. Ahora solo pienso en ir haciendo y llegar cuando antes y mejor. Repongo líquidos rápidamente. En Cuber el despliegue alimenticio es brutal. Hay tanto para elegir, no me apetece nada y esto es una mala señal!. Un par de trozos de patata, una loncha de jamón y dos geles. Uno me lo tomo al momento y el otro será para el trayecto hasta Lluc. Después de unas 3 horas me lo puedo tomar y el cuerpo lo agradecerá porque los asimila rápidamente. Eso es lo que necesito: ¡gasolina! Recuerdo que Dani Salas me anima y me pregunta que tal voy… - Con un petardazo como nunca en la vida, le contesto entre risas! 
En ese momento llega Tolo y le digo que voy haciendo, que ya me cogerá de camino a la próxima subida. Aún nos queda Massanella y el Galileo. La primera es larga e incómoda, con mucha piedra suelta y surcos del agua cuando baja desde lo alto de la montaña. Ahora voy trotando a buen ritmo, tengo unos 3-4 km de llano bordeando una canal hasta llegar a la subida. Me obligo a correr hasta la subida pues ya caminaré subiendo. Así van pasando los metros, piedras, surcos, algún tramo donde aún baja algo de agua, y de pronto, me engancha de nuevo el gran Tolo Fiol. –Has tardado mucho, le digo, jejeje. La subida, aunque larga, se hace más amena. Comentamos carreras pasadas y futuras. ¡Tiene narices! ¡Aún no hemos terminado esta, vamos con un petardazo de campeonato y ya pensamos en otras! 
Poco a poco vamos haciendo cima, nos queda una bajada corta hasta la subida al Galileo y luego una larga y complicada bajada hasta Lluc. En la bajada nos volvemos a distanciar un poco,  intento dentro de mis posibilidades físicas lanzarme cuesta abajo, pero las piernas están ya bastante castigadas y el golpe de cada paso lo noto de pies a cabeza. Pero hay que tirar ya que pararse no es una opción!!
Subo el Galileo y sigo viendo a Tolo un poquito por detrás al que grito animándole. Y me dispongo a realizar la última bajada hasta Lluc. Será una bajada larga, con mucha piedra suelta y en zig-zag, con tramos cortos y curvas muy cerradas. Será duro para mis piernas pero  no hay opción. Para colmo tengo las zapatillas reventadas. Ya estaban en mal estado pues las utilice en marzo en la Ultra de les Fonts y las suelas quedaron destrozadas. ¡Vaya idea la mía! Con lo bien que irían unos buenos neumáticos y no estas suelas que se caen a trozos!! Pero es lo que hay y con lo que hay a aguantarse!! 
Para bajar intento ir lo más rápido que puedo, pero sé que no es mucho. Me acuerdo de como bajaba por allí el año pasado al hacer la versión corta y la diferencia es grande. La bajada se hace larga. La primera mitad de la bajada es la más dura, luego da un poco de tregua y se convierte en un sendero entre bosque con menos pendiente y más fácil de llevar, aunque las piedras abundan.
De repente, en una curva, me encuentro a un tipo agachado enfocándome con una Tablet. ¡Pero si es Juan Cubas!! Sabía que estaría en Lluc, pero no me esperaba encontrarlo a unos 2 km de la bajada. Vamos hablando mientras sigo corriendo y ¡él me sigue, con ropa de calle y su tablet en mano! ¡Qué bueno! 
Por fin…. Llego a Lluc. Paso por el avituallamiento: agua, coca-cola, gominolas, trozos de barrita  y 2 geles. Uno me lo tomo y otro para la mitad de camino. Aún quedan unos 17 kilómetros y  serán largos. Este tramo es el menos duro, pero hay que correr porque si no se hará eterno. Veo que llevo  11 horas y 56 minutos al salir de Lluc con lo que estoy en tiempo de bajar de 14 horas, aunque para ello habrá que sufrir.  
Me dispongo a hacer camino, voy trotando, pero me cuesta. Sé que este tramo se me hará muy duro si quiero correr y muy largo si lo camino. La opción es clara: CORRER = Sufrir más, pero en menos tiempo. Los primeros kilómetros hay alguna pequeña subida que camino para reservar las pocas fuerzas que me quedan para correr en el llano. Los kilómetros no pasan. Se está haciendo duro, pero pienso que hago lo que quiero y porque quiero; que lo hago porque en el fondo me gusta y disfruto de este sufrimiento. Este pensamiento hace retarme a mi mismo: quiero averiguar cuanto dolor y sufrimiento físico general puedo aguantar, hasta dónde y cuándo. Me servirá para futuras ocasiones y carreras. Me quedan unos 12km y los voy a correr todos. No voy a parar para nada ni caminar hasta llegar a la meta y voy a hacerlos al máximo que pueda. ¡Vaya locura! Con todo lo que puedo dar de mi cuerpo no pasa de 130-135 pulsaciones. ¡Vaya tela!¡Voy rebentadísimo!
Todo el cuerpo me pide que pare pero yo he decidido que no. La cabeza me funciona y esta   es la que manda. ¡Así que a aguantar! Pero me duele todo: los dedos de los pies, los gemelos, cuádriceps, isquios, abdominales, brazos… los pulmones parece que ya no puedan coger ni aire, pero sigo corriendo.  Siento que viene otro corredor por atrás. Miro si es Tolo Fiol para esperarlo, pero no es él. Calculo que le llevo 30-45 minutos y me quedan 5km. No sé cómo, pero no me cogerá! ¡¡Jajaja!! De esta forma le doy motivación a estos últimos kilómetros que se están haciendo agónicos en los que había decidido que caminar o parar no era un opción. Sigo. Sigo. Los metros pasan muy despacio. El dolor y el sufrimiento es insoportable. En mi vida había sentido lo que estoy sintiendo. Sigo aguantando y corriendo. Nunca había llorado de dolor y sufrimiento. Menos mal que las gafas de sol me cubren parte de la cara…  
¡Cartel de último kilómetro! Una moto de policía me acompaña en la entrada al pueblo, ya noto una mezcla de sensaciones brutales. El sufrimiento y el dolor se mezclan con la emoción y la recompensa del trabajo hecho; lágrimas de vacío, de saber que lo he dado todo, hasta la última gota de gasolina. Última calle antes de la meta. Veo a Chema, un compañero de Sant Lluis, que está de vacaciones y en Pollença viendo la llegada. Le choco la mano y le digo que no puedo más. Me contesta: - Enhorabuena, vaya carrerón, ya has terminado! Es curioso, cuando vas al borde de la extenuación, cualquier pequeño detalle se convierte en lo más grande del mundo!

Enfoco la llegada a meta. Es especial. Una calle estrecha y larga que al final se ve la meta. Y la plaza de Pollença llena a reventar de gente aplaudiendo a estos locos que corren!
Y por fin… META... no puedo ni hablar de la mezcla de sentimientos que me invaden, pero sobre todo uno: la emoción del que lo ha dado todo. Ha sido duro, muy duro, aunque realmente he hecho que fuera más duro porque así lo he querido y a la vez disfrutado. Al final 13 horas 46 minutos, 11º en la clasificación general y 9º de mi categoría.
Contento, sí. Siempre que uno da todo lo que tiene, hay que estar contento. Satisfecho, no. Desde hacía muchos meses mi objetivo era otro. Varias cosas han hecho que no llegara en el estado de forma idóneo para mis pretensiones. Pero, después de lo vivido y de cómo lo he vivido, sé, más que nunca, que puedo. En esta carrera he aprendido mucho tanto física como mentalmente: simpre podemos un poquito más, un paso más, un metro más, un kilómetro más…




Y como me dijo el Gran Tofol Castanyer: -Tendrás de volver y terminar el trabajo que has empezado. En aquel momento no lo sentía así, pero ahora sé que volveré a la Ultra Serra de Tramuntana. Una ultra tan dura como mágica, así que, continuará…
 

 
 
 
 

6 comentarios:

  1. Molt bona Dani!! ets un makina...gel en vena i a corre!! jaja

    Josep Pons.

    ResponderEliminar
  2. Boníssima crònica Dani ... Segur que sa propera ho petes!!

    ResponderEliminar
  3. Molt bon article, has fet que per uns moments pareixes que estava en carrera.
    Enhorabona crak!!!!!
    Toni j. Sosa

    ResponderEliminar
  4. Lo que sempre te dic, un Recrakc, una abraçada

    ResponderEliminar
  5. Dani, un debut bloguer de dalt de tot. Crònica curradíssima. A mi m'ha agradat tot: és llarg però no m'ho ha semblat, que és el més important. Moltes felicitats per la cursa, i també llarga vida al blog. Em sembla molt interessant tot el que tens per dir. Abraçada, crack!

    ResponderEliminar

Trail menorca CdC 185km, viajero sin viaje

Esta vez no hubo viaje……….. Ya ha paso una semana desde que finalizara la Trail Menorca Cami de Cavalls de 185km y ya con calma inte...